jueves, 14 de mayo de 2009

Las llaves.

Cierto día (el domingo pasado, para no ir muy lejos), nos tomamos unas cuantas birras en el Dulce. Para celebrar que estabamos todos bien, observé un juego de llaves (de uno de los nuestro), sobre la barra. Como no puedo estar quieto, me dediqué a cambiar el orden de las llaves, sin que nadie se diera cuenta, reparando en que sólo una de las llaves, tenía una funda de plástico. Fué una gran tentación, saqué la funda de la llave, y la puse en otra, metiendo todas las llaves en el llavero, y dando por finalizada la putada.

Más o menos, a las dos y media de la mañana, me entró un mensaje en el móvil, del susodicho afectado, con el siguiente texto "¿Por coña, no habrás cogido una llave de mi llavero?

Resulta que, la llave que tenía el plástico, era una llave de un sitio de fuera del pueblo, y el chaval, probó a abrir la puerta de su casa, con todas las llaves, menos con la del coche y con la que tenía la funda de plástico.

El resultado fué, que tuvo que despertar a sus padres para que le abrieran...

Al día siguiente, me llamó para decirme "cabronazo, me cambiaste el canuto de plástico, y me lo pusiste en la única llave que llevo de mi casa, y creyendo que era la de fuera, no la probé".

Jajajajaja, pobrecico, me dió pena. Supongo que es una putadilla que no volveré a liar...

Afectado número 1.280.569 por una putada mía, siento la que te gasté el domingo, luego nos tomamos otras birricas.

Saludos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario